HISTORIA DE LA INSULINA
El término Insulina, derivado de Insula = Isla (por los
islotes de Langerhans donde se secreta esta hormona), fue acuñado por primera
vez en el 1907, por de Meyer, en un
estudio publicado en los Archivos Internacionales de Fisiología.
Schafer, en el libro sobre las glándulas endócrinas publicado desde 1916
en Londres, menciona el mismo vocablo.
A comienzos del siglo pasado se sospechaba que el
páncreas segregaba una sustancia que vertida en la sangre controlaba el
metabolismo de la glucosa y que una insuficiencia de esa sustancia ocasionaba
la diabetes.
Frederick Grant Banting comenzó a interesarse sobre la fisiología del
páncreas a partir de un artículo sobre el páncreas que apareció en la revista
Surgery, Gynecology and Obstetric. El artículo se refería a las experiencias
del Doctor Baron, el cual había observado que tras ligar el conducto
pancreático que desemboca en el duodeno, una porción del páncreas se atrofiaba
en 6-8 semanas. Esto sucedía porque la tripsina producida por el páncreas
digería la propia víscera.
Banting pensó que
si ligaba el conducto pancreático y esperaba el tiempo conveniente se podía
anular la porción pancreática que producía la tripsina y así conseguir un
extracto de glándula pancreática puro, no inactivado por la tripsina.
La manera de lograrlo era atrofiar el páncreas sin que se dañen los islotes productores de insulina, para ello debería anudar los conductos que llevan el jugo pancreático al intestino.
La manera de lograrlo era atrofiar el páncreas sin que se dañen los islotes productores de insulina, para ello debería anudar los conductos que llevan el jugo pancreático al intestino.
Los análisis comenzaron el 19 de mayo de 1921 con
Macleod como supervisor y Charles Best como asistente. La idea se la expuso a
John Macleod, de la Universidad de Toronto, el cual puso a disposición de
Banting un pequeño laboratorio, diez perros para investigar y un ayudante,
Charles Herbert Best, que en aquella época era estudiante de primer curso de
Medicina.
Los investigadores ligaron los conductos
pancreáticos de los perros y esperaron el tiempo estipulado, tras el cual
extrajeron la porción de páncreas atrofiado y, después de picarlo y macerarlo,
consiguieron unas gotas de jugo pancreático. Posteriormente extirparon el resto
del páncreas, con lo cual los perros estaban condenados a morir por
hiperglucemia. Estando el animal moribundo inyectaron el jugo obtenido por vía
intravenosa, observando que los niveles de glucemia disminuían: habían obtenido
la insulina.
El primer problema que encontraron fue que por perro sacrificado sólo se obtenían una gota de la sustancia, cantidad insuficiente para tratar a una persona diabética. Obtuvieron mayores cantidades de insulina en páncreas de fetos de vaca, pero aun así era demasiado cara la obtención del fármaco.
El primer problema que encontraron fue que por perro sacrificado sólo se obtenían una gota de la sustancia, cantidad insuficiente para tratar a una persona diabética. Obtuvieron mayores cantidades de insulina en páncreas de fetos de vaca, pero aun así era demasiado cara la obtención del fármaco.
Tras numerosos fracasos, el 3 de agosto de 1921 se
obtuvieron los primeros resultados cuando se logró preparar un extracto a
partir del páncreas atrofiado de un perro. El compuesto fue administrado a otro
perro con diabetes y se dejó a un tercero sin tratamiento. Cuatro días después
este animal murió, mientras que el que recibió el extracto vivió tres meses y
sólo murió cuando no había más compuesto disponible.
Macleod contactó con el químico Bert Collip, que
consiguió una sustancia segura. El 11 de enero de 1922, después de experimentar
los efectos de la insulina en sus propios organismos, inyectaron la insulina
por primera vez en un paciente humano: un niño diabético de 14 años, con sólo 29 kilos de peso, llamado Leonard Thompson, recibió la insulina
preparada por Banting y Best.
Sin embargo, la prueba inicial falló pues el nivel
de glucosa en la sangre del joven bajó levemente.
En junio de ese mismo año se alcanzó el objetivo. Una segunda serie de inyecciones "purificadas" y preparadas en esa ocasión por el profesor bioquímico de Edmonton, James B. Collip, lograron que la glucosa en sangre del niño descendiera a un nivel normal y comenzara a subir de peso. Por primera vez se lograba reemplazar plenamente la función impedida en la diabetes, el paciente murió 13 años después, como causa de una bronconeumonía, observándose en su autopsia avanzadas complicaciones diabéticas.
Un año más tarde, los investigadores Banting y Macleod recibían el Premio Nobel en Medicina y Fisiología, con gran disgusto de Banting que siempre consideró que era su ayudante Charles Best el comerecedor del premio y no Macleod.
En junio de ese mismo año se alcanzó el objetivo. Una segunda serie de inyecciones "purificadas" y preparadas en esa ocasión por el profesor bioquímico de Edmonton, James B. Collip, lograron que la glucosa en sangre del niño descendiera a un nivel normal y comenzara a subir de peso. Por primera vez se lograba reemplazar plenamente la función impedida en la diabetes, el paciente murió 13 años después, como causa de una bronconeumonía, observándose en su autopsia avanzadas complicaciones diabéticas.
Un año más tarde, los investigadores Banting y Macleod recibían el Premio Nobel en Medicina y Fisiología, con gran disgusto de Banting que siempre consideró que era su ayudante Charles Best el comerecedor del premio y no Macleod.
Finalmente la historia ha puesto las cosas en su
lugar y hoy día, cuando se habla del descubrimiento de la insulina, se habla de
Banting y Best.
A fines de 1923, la insulina -a la que se llamó
"vida en un frasco"- era producida comercialmente y usada en forma
segura en el tratamiento de la diabetes en la mayoría de los países
occidentales.
En España, el doctor Rossend Carrasco (1922), emprende la tarea de la obtención de la insulina a través de la extirpación del páncreas de los cerdos sacrificados en el matadero municipal de Barcelona. De esta forma, consiguen tratar a Francisco Pons, de 20 años, que fue el primer diabético en toda Europa tratado con insulina. Esta primera insulina obtenida de animales generaba peligrosas hipoglucemias y grandes reacciones locales, debido en gran medida a sus impurezas. Hasta 1923 no se extendió en uso de la insulina en Europa.
En España, el doctor Rossend Carrasco (1922), emprende la tarea de la obtención de la insulina a través de la extirpación del páncreas de los cerdos sacrificados en el matadero municipal de Barcelona. De esta forma, consiguen tratar a Francisco Pons, de 20 años, que fue el primer diabético en toda Europa tratado con insulina. Esta primera insulina obtenida de animales generaba peligrosas hipoglucemias y grandes reacciones locales, debido en gran medida a sus impurezas. Hasta 1923 no se extendió en uso de la insulina en Europa.
En 1926 Jacob Abel logró la síntesis de la
Insulina, hallazgo que dio a conocer en los Proceedings of The National Academy
of Sciences, de Washington, con el título de Crystaline Insuline.
H.C. Hagedorn produce la insulina de
depósito, en 1935.
Con frecuencia, en el tratamiento de la
diabetes mellitus, que está causada por una deficiencia en la producción de
insulina o por la inhibición de su acción sobre las células, la insulina se
combina con protamina para prolongar el periodo de absorción de la hormona. La
insulina cristalizada procedente del páncreas contiene cinc, que también prolonga
el periodo de absorción. Una preparación conocida como insulina-cinc-protamina
prolonga aún más la acción de la hormona.
En 1954, se produce otro Hito en la historia de la
insulina. Fue nada más ni nada menos, que la dilucidación de su estructura,
proeza realizada en por Frederick Sanger y sus colaboradores de la Universidad
de Cambridge. Sanger estaba interesado por la estructura de las proteínas,
eligiendo la insulina por ser una de las pocas que podía ser conseguida en
estado razonablemente puro, por conocerse ya su composición química y peso
molecular y porque la actividad de la misma debía estar ligada a algún
componente estructural.
El trabajo realizado por Sanger consistió en
dilucidar no solo la estructura total de la molécula de insulina, sino también
el orden en el que se alinean las distintas subunidades de aminoácidos. Esta
secuencia es crucial: un solo cambio en la posición de un aminoácido dentro de
la molécula puede hacer cambiar la funcionalidad de la proteína.
Para conseguir esto, Sanger utilizó el método
tradicional empleado por los químicos para estudiar las grandes moléculas:
romperlas en fragmentos y colocarlas nuevamente juntas como las piezas de un
rompecabezas. La rotura completa de la molécula sirve para identificar los aminoácidos,
pero no dice nada acerca de cómo están ordenados.
Sanger utilizó tres herramientas para conseguir
armar el rompecabezas: la utilización de un marcador especial que se une a
los grupos NH2 libres, la hidrólisis fraccionada y la cromatografía en capa
fina. El marcador empleado por Sanger fue el DNP (dinitrofenol) que se une al
NH2 terminal y resiste la hidrólisis. De esta manera, fraccionando la
molécula de insulina en diferentes péptidos, marcando estos con DNP y
produciendo la hidrólisis, fraccionado, y total de estos péptidos para
identificar los aminoácidos
En primer lugar, Sanger consiguió fraccionar la
molécula de insulina en sus dos cadenas. Para ello, aprovechó el hecho de que
los puentes disulfuro entre las mismas se pueden romper selectivamente por
oxidación con acido perfórmico.
Después Sanger separó ambas cadenas por electroforesis. Demostró que una cadena se iniciaba con glicocola, mientras que la segunda se iniciaba por fenilalanina.
Sanger se concentró inicialmente sobre la cadena
de glicocola. Sometiendo la cadena a hidrólisis parcial, marcando los
fragmentos peptídicos con DNP, separando los mismos y analizándolos en busca
de secuencias iguales en los diferentes fragmentos, Sanger y sus ayudantes
demostraron que la secuencia inicial de la cadena de glicocola era:
glicocola-isoleucina-valina-ácido
glutámico-ácido glutámico
Procediendo de esta manera, Sanger llegó a conocer
la secuencia completa de la cadena de glicocola. La cadena de fenilalanina,
con 30 aminoácidos era, con gran diferencia, el polipéptido más complejo cuyo
análisis se había intentado jamás. Sanger abordó el problema empleando la
misma técnica que la utilizada para la cadena de glicocola, pero además,
empleó enzimas proteolíticas que cortan los polipéptidos de forma selectiva.
En un año de trabajo, Sanger consiguió identificar
y situar los aminoácidos de la cadena de fenilalanina. Tampoco fue fácil
averiguar cómo se situaban los puentes disulfuro entre las dos cadenas.
Sin embargo, Sanger y sus colaboradores
encontraron la forma de hidrolizar las cadenas manteniendo intactos estos
puentes. El análisis de los aminoácidos unidos los puentes permitió, en
último término llegar a la estructura de la insulina.
Por esta magnífica proeza, Sanger recibió el
premio Nobel de medicina en 1955
|
Recién en 1967, se logró descubrir que la insulina
se excreta y se almacena como proinsulina, inactiva, que se escinde a insulina
activa con sus cadenas y a un resto llamado péptido C.
Eva Saxlfue una mujer judía nacida en 1921 en Checoslovaquia, que se
vio obligada a emigrar a China cuando los
nazis ocuparon su Praga natal en 1940.
Eva y su
marido Víctor (en la foto) tuvieron la fortuna de zarpar en el último barco de
refugiados que pudo cruzar el canal de Suez al comienzo de la Segunda Guerra
Mundial. Aquel barco le llevó al gueto
judío de Shangai, en China, donde a Eva le esperaba una penosa situación
que comenzó cuando se le diagnosticó diabetes
de tipo 1.
Como digo,
poco después de su llegada a China a Eva se le comunicó que tendría que
inyectarse insulina regularmente para tratarse de su enfermedad. Pero en un
trágico giro de la guerra, los japoneses (que ocupaban Shanghai en aquel
tiempo) cerraron todas las farmacias
de la ciudad, por lo que para obtener insulina había que recurrir al mercado negro.
En aquellas
circunstancias, la sustancia que nuestra protagonista necesitaba para
sobrevivir no solo era escasa y cara, sino que además era peligrosa, ya que en
muchas ocasiones estaba contaminada y provocaba la muerte a quien se la
inyectaba.
Pero una
decidida Eva Saxl, que se resistía a aceptar su terrible destino, decidió que
si quería sobrevivir tendría que hacer algo extraordinario: fabricar su propia insulina.
Pero Eva no era médica o científica, sino un brillante lingüista. ¿Cómo lo hizo entonces?
Pero Eva no era médica o científica, sino un brillante lingüista. ¿Cómo lo hizo entonces?
De algún
modo, la joven de Praga consiguió una
copia del libro “Medicina Interna” del Dr. Beckman, en el que el
autor describía los métodos seguidos en 1921 por los doctores Frederick Banting
y Charles Best para extraer, por primera vez, insulina del páncreas de perros,
terneros y vacas. Además, convenció a un amable farmacéutico chino de que le
permitiese usar su pequeño laboratorio.
Pero todo
aquello no bastaba, además del laboratorio y los conocimientos médicos, Eva
necesitaba dinero para poder comprar páncreas
de bufalos de agua
(los únicos que podía adquirir en Shanghai) así que nuestra irreductible
heroína se vio obligada a vender medias que ella misma tejía.
Necesitó
casi un año de duro trabajo para obtener insulina, una sustancia amarronada que
probó en conejos durante todo ese tiempo. Pero llegó el momento que tanto
temía, la insulina convencional que hasta aquel momento había obtenido en el
mercado negro estaba a punto de agotarse. Eva se vio forzada a probar en su
propio cuerpo la sustancia que fabricaba en aquel pequeño laboratorio.
Afortunadamente
las pruebas fueron un éxito, aquella
insulina “tintada” simplemente funcionaba.
Lejos de
contentarse con haber salvado su propia vida, Eva continuó trabajando para
suministrar insulina a más de 200
diabéticos en Shanghai, incluyendo a dos niños hospitalizados que se
encontraban en coma por diabetes. Todos ellos lograron sobrevivir entre 1941 y
1945 gracias a aquella insulina de búfalo que tantos sudores había costado.
Eva, una
mujer de enorme generosidad, jamás
cobró nada a los enfermos por su insulina, simplemente pedía a quien la
requería que hiciera alguna donación al propietario chino del laboratorio.
Cuando acabó
la guerra, Eva emigró a los Estados Unidos, donde se dedicó a dar conferencias
gratuitas a niños y organizaciones de diabéticos. Se convirtió en toda una
celebridad y llegó a viajar por todo el mundo con el apoyo de la Asociación
Estadounidense para la Diabetes.
En 1968 se
trasladó a Chile para poder vivir cerca de su hermano. Allí continuó dando
conferencias gratuitas para la Fundación Juvenil de Diabéticos de Chile hasta
el momento de su muerte, en el año 2002.
Como último
dato curioso surgió
la cuestión de internacionalizar el nombre de la hormona del páncreas. Lilly le
dio el nombre de Insulin, insulina en español, como se la conoce desde
septiembre de 1923, abandonando todo el mundo el primitivo nombre de isletin.
Desde estas fechas tanto los métodos de conseguir la insulina como el
tratamiento de la diabetes han avanzado y han llegado a unos niveles que
seguramente nadie se imaginaba. La vida
de la persona con diabetes hoy en día puede ser y de hecho es, perfectamente
normal, con una calidad de vida igual a la de las personas sin diabetes,
pero esto forma parte de una historia mucho más reciente.
INSULINOTERAPIA
INSULINOTERAPIA
El uso
de insulina se iniciara dependiendo de varios factores como el tipo de
diabetes, la severidad, el estado
fisiológico del paciente, su grado de cultura, cooperación, edad, presencia de
otras complicaciones y riesgos.
Indicaciones
1.-
Diabéticos insulino dependientes
2.- En
todas las situaciones de emergencia o complicaciones agudas:
·
Cetoacidosis
·
Coma hiperosmolar
·
Acidosis láctica
·
Infecciones
·
Traumas
·
Cirugía
3.-
Diabéticos no insulino dependientes que no obtengan buen control de los niveles
de glicemias y HbA1c con máxima dosis de hipoglicemiantes orales.
4.-
Todas las diabéticas embarazadas.
5.- Pacientes
con contraindicaciones para el uso de hipoglucemiantes orales.
Se debe
considerar que los requerimientos de insulina son absolutamente individuales y
variables, tanto de un diabético a otro, como en el mismo sujeto en el curso de
la evolución.
La
experiencia personal del médico, características del paciente o costos
relativos, deben ser la base en la elección del tipo de insulina y esquema
terapéutico, ya que no hay suficiente evidencia en este campo.
En el
caso de pacientes enflaquecidos, suspender los hipoglicemiantes orales e
iniciar insulinoterapia exclusiva.
Las
personas que no logran las metas de control serán referidos a evaluación por
especialista, quien continuará a cargo del paciente y decidirá el uso de
esquemas de insulinoterapia más complejos.
El
médico debe explicarle al paciente que usa insulina la necesidad de
autoinyectarse y hacerlo en forma adecuada y rotatoria, para evitar la
lipotrofia o lipodistrofia que resulta de inyectarse siempre en la misma zona
Complicaciones
del tratamiento insulínico
La
principal complicación es la hipoglicemia. Tanto los profesionales de la salud
como las personas que usan insulina deben estar consientes del riesgo de
hipoglicemia y estar atentos a esta eventualidad.
Puede
presentarse lipodistrofia, alergia o resistencia insulínica (por infecciones,
fármacos, genéticas, inmunes), aunque con muy baja frecuencia.
TIPOS DE
INSULINA Y PERIODO DE ACCION
TIPO
|
MARCA
|
EFECTOS
|
|||
COMIENZO
|
MAXIMO
|
DURACION
|
|||
R
A
P
I
D
A
|
Insulina
Glulisina
|
Apidra
|
15 min
|
55 min
|
1,5-5
|
Insulina
Lispro
|
Humalog
|
15 min
|
0,5-1,2
|
2-5
|
|
Normal
(Soluble
o Regular)
|
Humulina
regular
Actrapid
HM
|
0,5
0,5
|
1-3
1-3
|
5-7
8
|
|
Insulina
Aspart
|
Novorapid
|
0,10-0,20
|
1-3
|
3-5
|
|
I
N
T
E
R
M
E
D
I
A
|
Insulina
Lispro Protamina (NPL)
|
Humalog
basal
|
1-2
|
4-8
|
18-24
|
Insulina
NPH (Isofanica)
|
Humulina
NPH
Insulatard
|
1
1,5
|
2-8
4-12
|
18-20
24
|
|
L
E
N
T
A
|
Insulina
Detemir
|
Levemir
|
En 1 o 2
dosis diarias,
estabilización
en 2-3 dosis
|
No.
Meseta
6-8 h
|
24 en
función de
la dosis
|
Insulina
Glargina
|
Lantus
|
En 1 dosis
diaria,
estabilización
2-4 días
|
No.
Meseta
5-18 h
|
18-24
|
INSULINAS BIFASICAS
Marcas
|
Tipo
|
% Insulina
rápida
|
%
Insulina
intermedia
|
Comienzo
efecto (h)
|
Periodo de
efecto
máximo (h)
|
Duración
total
(h)
|
Humulina
|
30:70
|
30
|
70
|
0,5
|
1-8
|
14
|
Humalog
|
25
|
25
|
75
|
0,25
|
0,5-1,2
|
15
|
50
|
50
|
50
|
0,25
|
0,5-1,2
|
15
|
|
Mixtard
|
30
|
30
|
70
|
0,5
|
2-8
|
24
|
30 Innolet
|
30
|
70
|
0,5
|
2-8
|
24
|
|
Novomix
|
30:70
|
30
|
70
|
0,15-0,3
|
2-8
|
24
|
50:50
|
50
|
50
|
0,10
|
1-4
|
14-24
|
|
70:30
|
70
|
30
|
0,10
|
1-4
|
14-24
|