COMPLICACIONES CRÓNICAS



INFORMACION PRELIMINAR
Las consecuencias de la diabetes representan la mayor preocupación para las personas a quienes se comunica el diagnóstico de la enfermedad. En efecto, las personas con una diabetes mal cuidada están más expuestas a tener diversas complicaciones, siendo los órganos y tejidos más afectados los ojos, riñones, nervios, arterias y articulaciones.
Actualmente se reconoce que los niveles elevados de azúcar en la sangre, mantenidos por períodos prolongados, están directamente relacionados con las complicaciones crónicas de la diabetes. Son factores agravantes la hipertensión no controlada y los niveles elevados de lípidos en la sangre (colesterol total, colesterol LDL, triglicéridos), condiciones frecuentemente asociadas a la diabetes.

RETINOPATÍA O DAÑO A LA RETINA
La retinopatía es la lesión más común en las personas con diabetes. Afecta a la retina, parte del ojo encargada de recibir y transmitir los estímulos luminosos que permiten la visión. El daño a la retina raramente afecta la visión cuando no es muy severa.
La pérdida total de la visión es uno de los problemas más temidos por los pacientes diabéticos. La probabilidad de que esto ocurra es baja, afectando aproximadamente al 5% de las personas con diabetes.
El examen de fondo de ojos permite detectar oportunamente las alteraciones de la retina.
Para realizar este examen, el médico coloca una gota de una solución para dilatar la pupila y así poder observar con más claridad la retina y los pequeños vasos sanguíneos que la rodean. Los cambios que se producen en la retina comienzan en forma lenta e imperceptible, de allí la necesidad de realizar este examen periódicamente.
Si las personas ya tienen retinopatía, el buen control metabólico retardará la evolución de la misma.
Las personas que han tenido diabetes tipo 1 durante más de cinco años deben examinarse la vista por lo menos una vez al año cuando el resultado es normal y cada 6 meses si aparece alguna pequeña alteración.

Las personas con diabetes tipo 2 deben hacerse un examen a la vista tan pronto sepan que tienen diabetes. Después de eso, deben solicitar el examen de fondo de ojos a su médico por lo menos una vez al año.
Si las personas ya tienen retinopatía, el buen control   metabólico retardará la evolución de la misma.

NEFROPATÍA O DAÑO A LOS RIÑONES
Los riñones tienen la importante función de filtrar la sangre y eliminar los productos de desecho del cuerpo a través de la orina. Los filtros de los riñones, llamados nefronas, tienen pequeños vasos sanguíneos que pueden ser dañados por la hiperglicemia, la hipertensión y las infecciones urinarias.
Al comienzo los riñones pueden funcionar a pesar del daño. Cuando éste aumenta, los riñones pierden su capacidad de filtrar la sangre como deben. Los riñones enfermos permiten que algunas sustancias que deberían permanecer en el organismo (por ejemplo, las proteínas), sean eliminadas con la orina. Al mismo tiempo, retienen desechos dañinos que deberían salir del cuerpo a través de la orina.
El daño al riñón puede reducirse en gran medida controlando la hiperglicemia y la hipertensión. Para detectar el daño en una etapa inicial, es preciso realizar un examen de orina llamado microalbuminuria, que detecta pequeñas cantidades de proteína en la orina. Recordemos que la orina nunca debe contener proteína. Cuando se encuentra en su fase inicial, este proceso no presenta síntomas, de manera que la persona ignorará su aparición. Hasta ese momento, la situación se puede revertir con un buen control metabólico y manteniendo la presión arterial dentro de valores normales, además de otros cuidados indicados por el médico.

Una persona con diabetes y sin daño previo al riñón debe controlarse con una microalbuminuria por lo menos una vez al año, para determinar la aparición de compromiso renal incipiente y permitir su tratamiento oportuno.

El deterioro progresivo del riñón puede conducir a la insuficiencia renal crónica, cuadro muy severo que implica una pérdida cada vez mayor de proteínas, aumento de Creatinina, urea, edema e hipertensión, hasta llegar a una pérdida total de la función renal, que requiere diálisis y trasplante. Por este motivo, es fundamental prevenir esta complicación, recalcando la necesidad de que la persona mantenga su diabetes metabólicamente compensada y su presión arterial dentro de valores normales.

NEUROPATÍA O DAÑO AL SISTEMA NERVIOSO
Cuando el nivel de azúcar en la sangre es alto, las células del sistema nervioso se inflaman y se forman cicatrices. Con el tiempo, los nervios pierden la capacidad para enviar señales a través del cuerpo como es debido. Al afectarse los nervios periféricos, se altera la sensibilidad frente a la temperatura y el dolor.
Esta alteración puede provocar hormigueo, entumecimiento, ardor, dolor o latidos en los pies y la parte inferior de las piernas. En otros casos no se siente dolor alguno cuando se producen heridas, quemaduras y otras lesiones en los pies, lo que resulta extremadamente peligroso. También se observa disminución de la fuerza y atrofia muscular.
Otra de las consecuencias de la neuropatía es la pérdida de la sensibilidad para detectar los síntomas de la hipoglicemia.
Los síntomas de la neuropatía no son siempre iguales. Mantener la glicemia y la presión arterial en niveles normales puede prevenir la neuropatía y sus graves secuelas.

DAÑO A LOS GRANDES VASOS SANGUÍNEOS
La diabetes también puede dañar los grandes vasos sanguíneos, o arterias que rodean el corazón y llevan sangre a los brazos, las piernas y la cabeza.
El daño ocurre cuando se forman cicatrices en el interior de las arterias, volviéndolas rígidas y duras. El colesterol de la sangre se adhiere a los lugares donde existen cicatrices y con el tiempo, las arterias se obstruyen. El corazón tiene que trabajar más para bombear la sangre a través de los vasos obstruidos. Esto puede conducir a infartos cardíacos, accidentes vasculares, hipertensión y circulación sanguínea insuficiente en brazos, piernas y cabeza.
El daño al corazón y a los vasos sanguíneos también ocurre en las personas que no tienen diabetes, sin embargo estos problemas tienden a ser más frecuentes y presentarse a una edad más temprana en las personas con diabetes.
Algunas de las causas podrían ser:
• Los niveles de lípidos sanguíneos tienden a ser altos cuando el nivel de azúcar en la sangre es elevado. Los niveles sanguíneos elevados de colesterol, sobre todo del colesterol de baja densidad (colesterol LDL) y de triglicéridos aumentan el riesgo de infartos al corazón;
• Fumar aumenta más el riesgo;
• La presión arterial alta, más común en las personas con diabetes que en el resto de la población, también aumenta ese riesgo.
El daño a los grandes vasos sanguíneos muestra muy pocos síntomas en una fase temprana, pero puede causar:
• una lenta cicatrización de las heridas;
• una mayor dificultad para recuperarse de las infecciones;
• Calambres en las piernas, los que pueden desaparecer cuando la persona descansa.
• Mareos, vértigos e incluso pérdida de conciencia por cambios en la presión al cambiar de posición (hipotensión ortostática).
El tratamiento precoz de la hipertensión y del colesterol alto, así como de las enfermedades de los vasos sanguíneos, puede ayudar a retardar o evitar problemas más graves.

DISMINUCIÓN DE LA CAPACIDAD PARA COMBATIR LAS INFECCIONES
El daño a los pequeños vasos sanguíneos producido por la diabetes dificulta el flujo de sangre hacia la piel. El alto contenido de azúcar en la sangre disminuye la capacidad del sistema que tiene el cuerpo para combatir las infecciones. En conjunto, estos problemas crean un alto riesgo de infecciones a las personas con diabetes.
Las infecciones pueden ser en la boca, los pies, la vejiga, los órganos femeninos o en cualquier lugar donde haya una lesión de la piel. En la boca, pueden aparecer enfermedades de las encías y otros problemas dentales.
Las infecciones pueden provocar problemas especialmente graves en los pies y los dedos del pie. Los motivos son los siguientes:
• Cuando los nervios se dañan, la persona pudiera no sentir el dolor normal ante una lesión en la piel y la herida puede infectarse seriamente antes de ser descubierta.
• Debido a la mala circulación de la sangre y a su alto contenido de azúcar, el cuerpo pudiera tener menos capacidad para combatir la infección y sanar la lesión.

Recomendaciones para disminuir el riesgo de tener complicaciones crónicas:
• Mantener el nivel de glicemia dentro del rango normal. Importantes centros de investigación han demostrado que mantener el azúcar en la sangre lo más cerca posible de los niveles normales, constituye una importante protección frente a las complicaciones de la diabetes en el mediano y largo plazo. El autocontrol permite conocer el nivel de glicemia en forma frecuente.
• En el diabético está especialmente indicado mantener la presión arterial bajo 130 mm Hg de sistólica y 80 mm Hg de diastólica.
• Mantener el peso dentro del rango de normalidad. En personas con sobrepeso, se ha observado que aun con bajas modestas, por ejemplo de 4 kg, ya se observan cambios positivos en el control metabólico.
• Controlar los lípidos sanguíneos 1 vez al año. Colesterol total, colesterol
HDL, LDL y triglicéridos.
• No fumar
• Realizar actividad física diariamente (por ejemplo caminar 30 minutos diarios) para ayudar a la circulación.
• Tener una alimentación saludable, sin exceso de grasas.
• Asistir a los controles de su médico, para que éste efectúe los ajustes correspondientes en el tratamiento y detecte la aparición de complicaciones en forma precoz.
• Bañarse diariamente y secarse muy bien, especialmente entre los dedos de los pies
• Lavarse los dientes después de cada comida y visitar al dentista dos veces al año
Las complicaciones de la diabetes pueden prevenirse y/o tratarse adecuadamente.
Más que propias de la diabetes, dependen en gran medida del cuidado y control de la enfermedad. Se ha comprobado científicamente que las personas que tienen un buen control viven más y con una mejor calidad de vida. Mantener el nivel de azúcar en la sangre y la presión arterial lo más cerca posible de lo normal se convierte así en los objetivos más importantes para las personas con diabetes.